Hola compañeras la presentación original se envío en el correo general de hotmail en upn, invito a que entren para observarla.
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contraseña:universidad
A continuación les presentamos nuestros comentarios de la presentación:
Para iniciar con la presentación, iniciamos con la parte de Sexo y Género y quisimos iniciar con la pregunta ¿Quién soy? En donde se encuentra un bebé mirándose al espejo, en esa diapositiva destacamos lo que es sexo y género, que son diferentes cuando para la sociedad los aborda como sinónimos, Sexo son las diferencias biológicas que diferencia a un ser femenino de un masculino mientras el género son aquellas características femeninas o masculinas sin importar el sexo que se tenga biológicamente.
Los seres humanos no nacemos con características femeninas o masculinas, estas se nos van formando a través de los patrones culturales y sociales dentro del contexto y entorno en donde nos desarrollamos, la cultura y la sociedad nos limita como mujeres a ciertas actividades según ellos “propias de la mujer” tales como hacer la comida, asear la casa, jugar a las muñecas… mientras que a los hombres se les permiten juegos más fuertes y extremos, el manejo de herramientas, se le permite desde pequeños a tener la responsabilidad y por lo tanto cierta autoridad sobre la mujer y un claro ejemplo lo observamos con los hermanos en donde los padres solo dejar salir a las mujeres si van con el acompañamiento de su hermano quien por fuerza debe cuidarla y sutilmente tiene autoridad sobre la hermana.
La sociedad sigue observando y educando a la mujer como seres hechas para el cuidado, servicio y bienestar de otros, esto es triste, a pesar de nuestras luchas por igualdad y equidad nos siguen tratando con esa cultura tan pobre de que somos hechas para atender al marido, atender a los hijos, tener la casa limpia y laboralmente con un trabajo insignificante y deficiente en donde se nos permita entre comillas realizarnos profesionalmente pero cumpliendo con nuestras verdaderas obligaciones propias del hogar, aun siguen sin respetar nuestra profesionalización y nuestro esfuerzo, hablando de le educación preescolar no nos ven como decentes sino como cuidadoras de niños.
A diferencia de la educación del hombre el cual es educado para ejercer la fuerza y el poder, en donde tiene la autoridad y el derecho de representar y de ser líder dentro de las empresas y en diversas actividades, incluso cuando se observa un docente en preescolar nosotras mismas por la cultura que traemos y el qué dirán de la sociedad los ubicamos en puestos de dirección o puesto administrativo alejándolos de la práctica docente dentro de las aulas.
En la edad preescolar el niño va descubriéndose poco a poco, explora su cuerpo, sus emociones, sus sentimientos, la sexualidad es sana y natural por lo que las docentes debemos alejarnos de nuestros miedos y tabús ya que esto impide que dejemos que el niño explore con toda su naturaleza y los vamos limitando alejándolos de tener un pensamiento crítico, es necesario de una nueva propuesta en donde se permita hablar de la sexualidad libremente sin prejuicios, es dejar que los niños exploren, observen sus diferencias, realicen sus propias hipótesis, experimenten en sus relaciones personales, se emocionen, sientan, y sigan con ese entusiasmo de buscar, indagar, descubrir, solo así se formará un pensamiento crítico y alejado de prejuicios que han pasado de generación a generación.
Las identidades de las maestras
Las escuelas de Párvulos eran atendidas exclusivamente por mujeres o señoritas de clase media educadas por religiosas, no tenían ninguna preparación pedagógica ya que lo único que se les exigía era darles amor a los niños.
Rosaura Zapata decía que los jardines de niños los alejaban de los peligros de la calle al igual que de la vida asfixiante de sus hogares y se les proporcionaba una educación completa.
También se impulso a las educadoras a tomar cursos cuyas temáticas tuvieran que ver con la educación y vida de los niños, pero eso no fue suficiente ya que se sigue insistiendo en que la educación de los preescolares tiene que recaer únicamente en las mujeres ya que por naturaleza tenemos ese deber de la reproducción y cuidado de los infantes.
Nosotras como maestras seguimos sufriendo discriminación de género ya que los hombres nos consideran el sexo débil.
Como maestras no podemos resolver sus múltiples problemas que enfrentan de los niños como por ejem. Maltrato infantil, desnutrición, trastornos de conducta y problemas de aprendizaje.
Al igual que se supone que estamos comprometidas a tener una preparación teórica y didáctica en la que debo utilizar diversas metodologías y técnicas pedagógicas que favorezcan los conocimientos, habilidades y valores de los niños.
Y por ultimo creo que se debe hacer una reflexión de lo que debo hacer, cuales son mis carencias, que quiero lograr, cuáles han sido mis mejoras en mi plan pedagógico, cuales son mis necesidades de formación.
Para esto se requiere revalorar la función educativa que tenemos como maestras, ya que en al ámbito escolar no todo es amor y dulzura, presentamos diversas situaciones problemáticas tales como:
El aislamiento: A pesar de que no estamos solas en la comunidad escolar, si nos encontramos inmersas en una soledad dentro del aula y en la práctica docente y todo lo que esto conlleva desde su preparación, es difícil que un colega pueda observarnos o acompañarnos a observar nuestra práctica pedagógica, ya que este también se encuentra en su actividad pedagógica también estando solo dentro del aula en donde imparte su clase.
Toman el control: Debido al aislamiento las docentes caemos en el error de tomar el control de nuestra práctica docente, siendo esto nocivo en la mayoría de las situaciones ya que es cuando no nos damos cuenta de errores que cometemos y los damos por buenas prácticas, así también vamos pasando nuestra identidad y personalidad hacia la educación de nuestros niños, pasando y educando según nuestros valores y también con nuestros prejuicios.
Autonomia: Para afrontar lo anterior es necesario tener nuestras evaluaciones con una actitud de transparencia, sinceridad y sobre todo reflexiva, con el fin de identificar en donde requerimos apoyo para el mejoramiento de nuestra práctica docente y formar como docentes en primer lugar un pensamiento crítico.
Para tener una buena reflexión debemos iniciar con reconocernos nosotros mismos y a nuestros compañeros sin prejuicios o ideales falsos, sin exclusiones desde la gestión, integrando a los hombres al ámbito educativo, obteniendo de esta manera igualdad y equidad entre géneros.
Guadalupe Perez
Yarena Sánchez